13 dic 2018

Hablemos de Hipertensión Arterial





Ejercicio previo.
Antes de continuar me gustaría que te contestases a estas 3 preguntas.

¿Tengo hipertensión arterial?


No








¿Qué creo que es?




En caso de padecer de hipertensión arterial, ¿soy una paciente experta en mi hipertensión? y ¿por qué sí o por qué no?





¿Qué es la hipertensión arterial?

La tensión arterial o la presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias.
Esta presión depende de 3 factores:
·         De la frecuencia cardiaca (pulso) y a mayor frecuencia, mayor presión.
·         Del volumen de sangre dentro de las arterias y a mayor volumen, mayor presión.
·         Del calibre de las arterias y a menor calibre, mayor presión.

Hablamos de hipertensión cuando las cifras de la tensión sistólica o máxima es superior a 140 mmHg y la tensión diastólica o mínima es superior a 90 mmHg en una persona mayor de 18 años.



Y, ¿qué es la máxima o la mínima?

Supongamos una bomba de agua impelente expelente. Esas que absorben agua de un recipiente  o de un pozo (fase impelente) y la expulsa por una manguera (fase expelente).
¿Crees que la presión dentro de la manguera es la misma según absorbe o expulsa el agua?.
Cuando está absorbiendo agua, la presión dentro de la manguera baja.
Sería la presión mínima o diastólica.
Cuando está expulsando el agua, la presión dentro de la manguera sube.
Sería la presión máxima o sistólica.
Nuestro corazón es una bomba impelente expelente de sangre.
Cuando impele la sangre es la diástole.
Cuando expele la sangre es la sístole.





¿Cuál es la causa de la hipertensión arterial?

La hipertensión es de causa desconocida en el 90% de las ocasiones

¿Cómo diagnosticamos la hipertensión arterial?.

La distribución de la presión arterial en la población es irregular y la decisión de hablar de hipertensión se ha de individualizar y consensuar.
No se puede determinar que una persona padece de hipertensión por una sola medida.

Es fácil determinar que una persona padece de hipertensión si siempre tiene la tensión alta cuando se la tomamos en consulta y también es alta cuando la paciente se la toma  en su casa o en la farmacia.
También podemos decir que una persona no padece de hipertensión si siempre tiene la tensión normal cuando se la tomamos en consulta y también es normal cuando ella se la toma en su casa o en la farmacia.

Pero hay personas que en su casa la tiene normal y cuando acude a consulta la suele tener alta. Es lo que llamamos hipertensión de “bata blanca”.

Y hay personas que le sucede lo contrario. Cuando se la toma en su casa o en la farmacia está alta, pero cuando se la tomamos en consulta la tensión está normal. Es lo que llamamos hipertensión “enmascarada”.

Para estos dos últimos casos tenemos dos herramientas.
Una es el AMPA (automedida de la presión arterial).
La paciente se toma la tensión durante una semana entera, por la mañana y por la tarde de una forma determinada y el médico o la enfermera lo analiza y valora.




Otra es el MAPA (monitorización ambulatoria de la presión arterial).
Le colocamos a la paciente durante un día completo que irá registrando la tensión durante 24 horas, tomándola cada 30 o 20 minutos.
Luego el médico o la enfermera valoran este registro.




Combinando estas circunstancias, diagnosticamos que una persona es hipertensa cuando tienen la AMPA y la MAPA patológicas, independientemente de las cifras que le tomemos cuando están en consulta.

La hipertensión de “bata blanca” o la hipertensión ocasional o aislada no se consideran como hipertensión.





Se aconseja que midamos la tensión arterial a la población sana, para descartar que tenga o no una medida anómala:
·         Cada 5 años a las menores de 40 años.
·         Cada 2 años a las mayores de 40 años.
Y luego realizar la comprobación con AMPA o MAPA para diagnosticarlas como tales

¿Por qué es importante la hipertensión?

La acaban padeciendo una de cada tres mujeres.
Afecta a más del 20% de la población de más de 40 años y a casi la mitad de las personas mayores de 65 años.
Y es importante porque puede acabar afectando al corazón, el cerebro, el riñón y el ojo.
Es un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular mayor, junto con la diabetes, el tabaquismo y la hipercolesterolemia.
También, se ha descubierto que un buen control de la tensión arterial desde la edad adulta, es un excelente preventivo de desarrollar una demencia cuando lleguemos a la edad anciana.

¿Cuáles son sus síntomas?.

Los síntomas dependen de órgano que afecta.
Cuando se sube mucho la tensión podemos sentir:
·         Dolor de cabeza (cefalea)
·         Rubor y calor en la cara.
·         Vértigos.
·         Zumbidos en los oídos.
·         Visión borrosa.
·         Sangrado por la nariz.
·         Hemorragia subconjuntival.
·         Palpitaciones.
·         Falta de aire y cansancio (disnea).
·         Dolor en el pecho.

¿Cuáles son sus complicaciones principales?

La principal complicación es la crisis hipertensiva.
Podemos ver una imagen muy ilustrativa del Dr Augusto Saldaña, que publica con el nombre de “Chuleta de Osler”, donde vemos que esta emergencia afecta sobre todo al corazón, pudiendo causar un infarto, y al cerebro, pudiendo causar un ictus por hemorragia.





También, la persistencia de una hipertensión no controlada provoca enfermedades en importantes órganos del cuerpo:
·         A nivel del corazón pueden causar: anginas de pecho, infartos de miocardio o miocardiopatias.
·         A nivel del cerebro pueden causar ictus hemorrágicos.
·         A nivel de los riñones pueden ocasionar nefropatías con hematurias.
·         A nivel de los ojos pueden llegar a ocasionar ceguera.

¿Qué pruebas deben hacerme si sospechan que tengo hipertensión?

Comprobar si tengo una hipertensión sostenida mediante la AMPA o la MAPA.
Verificar si tengo otros factores de riesgo cardiovascular.
Cerciorarse si tengo algún órgano afectado (corazón, riñón, cerebro y ojo).
Constatar si tengo antecedentes familiares.
Explorar mis hábitos de vida: alimentación, actividad física, tabaquismo o consumo de alcohol.
Preguntar por los medicamentos que tome.
Pesarme y medirme para ver mi índice de masa corporal.
Realizarme un electrocadiograma.
Hacerme un análisis para ver si tengo diabetes, si tengo hipercolesterolemia, si tengo los riñones funcionando adecuadamente, si el sodio y el potasio están bien.
Mirarme el fondo del ojo.
Si existe sospecha de complicaciones, hacerme una ecocardiografía (para ver como funciona el corazón), una ecodoppler de las carótidas (para ver si la sangre me llega bien al cerebro), un índice tobillo brazo (para ver si las arterias fluyen bien en mis piernas).

¿Qué tratamientos hay?

Existe multitud de medicamentos para bajar la tensión.
Hablaremos de los más recomendados por seguridad y eficacia probada.
Como dijimos al principio, la presión arterial depende de 3 factores:
·         De la frecuencia cardiaca (pulso) y a mayor frecuencia, mayor presión.
·         Del volumen de sangre dentro de las arterias y a mayor volumen, mayor presión.
·         Del calibre de las arterias y a menor calibre, mayor presión.
Los medicamentos principales actúan a estos tres niveles principalmente.
Los más recomendados son los diuréticos que reducen el volumen de sangre, eliminando líquidos por el riñón. Se pueden usar en todos los tipos de hipertensión.
Los que actúan sobre el calibre de las arterias son los que responden a las siglas IECA (inhibidor de la enzima de conversión de la angiotensina) o a las siglas ARA-II (antagonistas de recptores de angiotensina) y los antagonistas del calcio.
Los que actúan sobre la frecuencia del corazón, son los beta-bloqueantes. Son más eficaces en menores de 65 años y en pacientes con infarto de miocardio.

Si no padezco de hipertensión arterial, ¿cómo puedo prevenirla?

Manteniendo un peso adecuado con un IMC entre 20 y 25.
Hacer una dieta adecuada del estilo de la dieta mediterránea, con un aporte adecuado de sal y grasas saturadas.
Hacer actividad física al menos durante 30 minutos de 3 a 5 días a la semana.
Hacer un consumo prudente de alcohol.
Tener cuidado con los medicamentos que consumo.
No fumar, ni consumir drogas.




Consejos prácticos para el control de la hipertensión y la prevención de las complicaciones.

Para prevenir las complicaciones y las emergencias hipertensivas, se recomienda lógicamente mantener la tensión arterial sistólica por debajo de 140 mmHg y la tensión arterial diastólica por debajo de 90 mmHg.

Las medidas no farmacológicas son más importantes que los mismos medicamentos y son las que se aconsejan mantener toda la vida.
Entre ellas tenemos:
·         Si tenemos sobrepeso u obesidad, reducir el peso has llegar a tener un IMC normal (se calcula que por cada kg de peso que se pierda, la tensión descenderá 1,5 mmHg).
·         Si tengo un consumo de alcohol de riesgo o problema, reducir el consumo de alcohol a menos de 20 gramos al día.
·         Tener un consumo bajo de sal diario. No pasar de 5 gramos/día, ya que la sal retiene líquidos y como consecuencia aumenta la tensión arterial. La sal están en casi todos los alimentos manufacturados.
·         Reducir el consumo de grasas saturadas.
·         Consumir aceite de oliva virgen y frutos secos (nueces) en cantidades recomendadas.
·         Tener un consumo bajo de té, café y chocolate.
·         Hacer una actividad física continuada y adaptada a las condiciones y circunstancias de cada una. Podemos hacer caminatas, ciclismo, natación, bailes, gimnasia,…, durante al menos 30 minutos, al menos 3 días en semana.

Tomarse la tensión arterial en su domicilio, de forma regular, con tensiómetro homologado de brazo (no de muñeca), siguiendo las siguientes recomendaciones:
  • Estar sentada, relajada y en un ambiente tranquilo con el brazo sobre una mesa.
  • Hacer reposo previo de 10 a 30 minutos.
  • Mejor si ha orinado previamente.
  • No hacerlo recién comida.
  • Utilizar siempre el mismo aparato si es posible y hacerlo a horas similares.
  • Evitar la ropa que presione el brazo.
  • Colocar el manguito 2-3 cm por encima de la flexura del codo.
  • Tomar más de una medida, sin moverse del sitio, separadas 5 minutos una de otra.
  • Usar el mismo brazo y anotar el resultado.
Comentar con su médico o enfermera dichos resultados. No cambiar el tratamiento acordado con ellos.
Inicialmente consultar cada 15 o 30 días hasta conseguir las cifras deseadas.
Una vez alcanzados los objetivos y sin afectación de los órganos dianas, hacer revisiones cada 6 o 12 meses.

¿Cuáles son mis objetivos en salud?

Si tengo más de 40 años y soy mujer, ¿tengo el objetivo de cuidarme y prevenir que tenga una hipertensión arterial?.

¿Es un objetivo puesto en mí, positivo, factible y concreto?.
Porque los cuidados son más efectivos cuando se realizan como un hábito saludable cuando todavía no estoy con la hipertensión.

Y tras tener este objetivo, ¿qué cosas no voy a cambiar o dejar de hacer?.
Si fumo, ¿dejo de fumar?.
Si tengo un consumo alto de alcohol, ¿lo modero o lo dejo?.
Si soy sedentario, ¿comienzo a hacer ejercicio físico?.
Si no hago una dieta sano, ¿la mantengo o la dejo?

¿Qué cosas estoy dispuesto a hacer y qué cosas voy a cambiar o a dejar de hacer para mejorar mi hipertensión?.
¿Acudiré a mis controles?
¿Seguiré las recomendaciones que acuerdo con mi médico o mi enfermera?.
¿Le contaré mis dudas, preocupaciones, cómo me afectan los medicamentos?.

Y, ¿valoro si con esto creo que voy a conseguir mis objetivos?. ¿Creo que estos cambio tienen algún efecto beneficioso a corto plazo?. Y, ¿a largo plazo?.

Para informarse:

El 17 de mayo es el Día Mundial de la Hipertensión.


Existen muchas de las infografías para ilustrarnos e informarnos.
Un ejemplo es la siguiente:







Juan Antonio García Pastor.
Médico de Familia y Comunitaria del 
Centro de Salud de Santa María de Guía.

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